sábado, 26 de marzo de 2011

Ser o no ser

William Shakespeare ponía en boca de Hamlet: 
¡Ser, o no ser, es la cuestión!-¿Qué debe
más dignamente optar el alma noble
entre sufrir de la fortuna impía
el porfiador rigor, o rebelarse
contra un mar de desdichas, y afrontándolo
desaparecer con ellas? 
La fortuna de no nacer en el lugar correcto, te deja pocas posibilidades: sumisión o rebelión.
Este en uno de los dilemas que sufre la comunidad internacional.
La búsqueda de la libertad y la democracia, por parte de los países árabes, vuelve a poner en primer plano los dilemas a los que se enfrenta la comunidad de naciones.
El concepto de seguridad que reclaman todos los países, en función de su soberanía.
¿Esta seguridad es trasladable a los ciudadanos?
¿En qué consiste la seguridad humana?
-Ausencia de violencia física.
-Reconocimiento de la dignidad personal y en esta, un corpus legal que de contenido a todas las libertades.
-Solidaridad impositiva en el reparto de las cargas sociales.
¿Puede la comunidad internacional intervenir para garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos  en contra de su gobierno?
¿El modelo a seguir sería la comunidad Europea?
Yo creo que si.
Cesión de soberanía en beneficio de todos.
No todos los países tienen el mismo régimen de libertades, ni todos creen necesario que  sus nacionales tengan la condición de ciudadanos y no súbditos.
En muchos países, las élites gobernantes no están dispuestas a realizar transiciones pacificas hacia la democracia, lo que da lugar a violencia, ante la cual la comunidad internacional no puede intervenir o su intervención está muy limitada a intereses estratégicos.
Grandes potencias de la escena internacional como China, no son homologables a democracias occidentales, lo que supone un freno a las coacciones que la comunidad internacional pueda ejercer sobre los países que no respetan las libertades individuales.
En matemáticas existe el concepto de mínimo común múltiplo.
En libertades individuales deberíamos de fijar el concepto de mínimo común de libertad individual .
Este mínimo sería necesario para ser ciudadano y no súbdito.
La comunidad internacional debe de dotarse de un corpus legal, con justicia independiente, que marque cuales son los mínimos en derechos, obligaciones y libertades individuales, que deben de respetar todos los estados, para ser homologables y gozar así de la protección internacional de sus regímenes políticos.
En la conflictividad generada por las sociedades en la búsqueda de libertad democrática,  la comunidad internacional siempre debe de inclinarse a favor de la parte que invoque el reconocimiento de este modelo de libertades individuales.
¿Y cómo aplicarlo?
¿Con fuerza?
¿Con diplomacia?
¿Con sanciones tecnológicas?
¿Con restricción de movimientos sobre sus élites?
¿Con repudio internacional?
Lo deseable sería una combinación que castigue a sus élites y no a sus ciudadanos.
¿Quién lo debe imponer?
La O.N.U., aunque ello suponga una reformulación de la misma, con una revisión profunda de sus mecanismos de decisión y veto.
El futuro viene marcado por más libertad individual, más comunicación –redes sociales e Internet- y menos estado en beneficio de todos.
Quien no lucha por lo que quiere, no merece lo que desea.
El fin, impedir la violencia, el hambre y las guerras, potenciando el desarrollo personal.
 P.D. Seguiré sin hablar de política local, -no porque no haya temas, que clama al cielo- sino porque ahora no toca.
Gracias por preguntar.
 

martes, 8 de marzo de 2011

Contaminación.Ferrocarril y ahorro energético

Todas las decisiones que se toman en política se pueden cambiar.
Un gobierno las toma y el siguiente lo ve de otra manera y siempre tiene la posibilidad de cambiarlo.
Ahora bien, algunas decisiones tomadas con aceptación de intereses a terceros, obligan a recurrir a la vía judicial, bien para resolver el contrato, bien para meter en la carcel a alguien que ignoró la legalidad, la ética y el decoro, en la adjudicación.
No es de lo que tratamos aquí, las decisiones sobre movilidad deben ser fruto del consenso.
No podemos cada cuatro años definir un nuevo modelo de movilidad, la creación de las infraestructuras no lo permite.
Hace cuatro días estábamos en la polémica de los 80 km/h. en las entradas a Barcelona, para reducir la contaminación.
Hoy en la polémica de los 110 km/h para ahorrar combustible.
En Catalunya seguimos sin un modelo de movilidad ferroviario que acerque a las personas a sus necesidades.
Hemos sido incapaces de ponernos de acuerdo en este tema y sacarlo de la discusión política, con lo cual estamos al albur de las circunstancias.
Si todos tenemos claro que la futura movilidad intensiva de la población pasa por el ferrocarril, tracemos corredores prioritarios que solucionen los problemas del 90% de la población.
Acordemos si el precio de este transporte tiene que ser gratuito o subvencionado y en que circunstancias.
La sociedad del siglo XXI se desplazará en ferrocarril o no se desplazara.
Mis ideas en estos momentos pasan más por definir que trayectos se pueden hacer gratuitos, que por la rebaja en el precio mismo de los billetes.
La incentivación del transporte ferroviario funciona,a mi juicio, mejor haciendo gratuitos los trayectos Hospitalet-Prat de Llobregat, Sants, Paseo de Gracia, Estación de Francia-San Andres Condal, que una rebaja generalizada de precios del 5%.
Nadie decide entre coche y tren porque el billete de este último cueste 10 céntimos más o menos, quizá entre ser gratuito y no serlo, si.
Si la medida funciona, sería cuestión de extenderlo de acuerdo a nuestras posibilidades.
En otro momento reflexionaremos sobre que tipo de infraestructuras cosen el territorio y que medidas complementarias necesita el ferrocarril para ganar en eficiencia.

Foto superior. Carrilet Reus Salou, un día de playa
Foto inferior. Carrilet circulant per Palamós


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