lunes, 28 de octubre de 2013

Es difìcil juzgar el sistema sin juzgar al individuo

Cada día que pasa se hace más evidente que, más pronto que tarde, la sociedad juzgará el sistema político de los últimos 35 años.
Como siempre en estos casos, solo se juzgarán los errores y no los aciertos.
¿Como separar el sistema del individuo?. Llega el momento de dar explicaciones y oiremos muchas veces aquello de:
.- Yo me limitaba a obedecer .
.- Ese tema no era de Mi responsabilidad.
.- Yo nunca vi nada.
¿La culpa del sistema?
¡Me niego a creerlo!
Muchos pudieron evitar que muchas cosas pasaran.
Muchos evitaron pensar y ser fieles a si mismos.
Muchos evitaron ser ciudadanos con criterio propio.
Muchos estaban cómodos con la banalización de la corrupción.
Muchos ciudadanos que se dedican a la política creen que su trabajo es callar, obedecer y estar siempre de acuerdo con el aparato.
Y este es el resultado.
Pero esto es pasado y agua pasada no mueve molino.
En el momento actual el sistema sigue fomentando el mismo tipo de ciudadano para la política, por lo tanto se seguirán produciendo los mismos errores.
Yo me pregunto:
¿En un sistema de elecciones diferente -más directo, sin listas cerradas y bloqueadas- los actuales diputados repetirían?
¿Los radicales de los dos extremos serían tan radicales?
¿Los moderados serían tan escasos como actualmente?
¿Como es posible que una sociedad moderada elija a políticos tan radicales?
¿Como una sociedad tolerante elige intolerantes para representarla?
¿La culpa del sistema?
Ya cometimos este error. Hay que modificar el sistema para que ciertos ciudadanos no puedan representarnos.
Los que hemos estado en política sabemos como trabaja el aparato.El sanedrín decide que hacer y todo lo demás esta en función de esa decisión.
Los que están de acuerdo con ella prosperan, el resto son apartados.
El sistema debe ser cambiado. Pero no por cambiar. No funciona, y tenemos que terminar juzgando a ciudadanos, que con otro sistema no hubieran  tenido oportunidad de equivocarse.
El Tiempo pasa y algunos hemos esperado demasiado tiempo una señal de cambio en el P.S.C..Esta no se produce, sino todo lo contrario, es la afirmación en posiciones que ya no funcionan.
Llego el tiempo de marcharse y bajarse  de este tren.
Seguro que pasará otro donde subirse.
Gracias a mis amigos y felicidades a mis adversarios. -enemigos yo no tengo, pues no me permito el rencor-.

jueves, 10 de octubre de 2013

Alicia en el pais de las maravillas


Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas es una obra de literatura creada por el matemático, lógico y escritor británico Charles Lutwidge Dodgson, más conocido bajo el seudónimo de Lewis Carroll.
El cuento está lleno de alusiones satíricas a los amigos de Dodgson, la educación inglesa y temas políticos de la época.
Nuestra Alicia y nuestro país de las maravillas nada tienen que ver con éste, sino más bien con la Presidenta del P.P. Catalán y su partido.
Desde que el P.P. Catalán publicó su programa electoral,  éste nos dejaba ver un país en el cual gobernaría su partido rigiéndose por la racionalidad Aristotélica, aquella que dice:
Una ciudad, un estado, no es la simple reunión de seres humanos que se han dado reglas para no causarse daños mutuos o intercambiar servicios económicos u de otra clase; una ciudad es una reunión de familias; un estado es una reunión de pueblos que se han unido para vivir bien, es decir, para que cada uno de ellos pueda llevar una vida perfecta e independiente, en relación con lo que podría llamarse su personalidad política e histórica.
Conciliar la multiplicidad de percepciones con la unidad de concepto, es la idea.
La política es el arte de gobernar la ciudad, de modo que cada ciudadano sea libre de ser lo que es y justo cuando se comporta como un todo.
Que se sienta siempre libre y solo coaccionado por la ley sin que estas sean inmutables.
¡Qué bonito!
¡No!, ¡alto a la discrepancia!
¡Viva la uniformidad!
Aunque esto suponga obligar al ciudadano a tomar medidas radicales en Catalunya, reduciendo a escombros a partidos políticos encerrados en la inmutabilidad de las leyes.
Al igual que en el cuento, Alicia desea despertar. Está en el mundo y el mundo le exige cosas.
Nuestra Alicia siente que está perdiendo el tiempo y corre, sigue a un conejo blanco que solo ella ve y nadie más en su partido.
¡Se ha caído por un agujero!
¿Qué pasará ahora?
¡No sabemos! 
¿Delante de ella estarán las puertas que necesitan una llave en concreto para ser abiertas?
¿Encontrará las llaves?
¿Se ahogará en sus lágrimas?
¿Se habrá despeñado para siempre?
Lo que es seguro, que para saber lo que piensan los ciudadanos de Cataluya solo hay que esperar las siguientes elecciones.
Si nada se hace, nada se puede cambiar.

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