domingo, 7 de febrero de 2016

Billar francés a tres bandas.


En esta modalidad  de billar, la bola jugadora a de tocar tres bandas antes de completar la carambola.
En la adolescencia de la mayoría de los hombres de mi generación, existe una sala de billar. En ellas, empezamos a ver el mundo de una manera distinta al hogar familiar.
En la que yo aprendí a jugar -nunca bien- obraba como maestro de ceremonias un hombre mayor -entre 25 y 30 años- con barba negra y poblada, de andares pausados, que siempre cuando jugaba indicaba antes que harían las bolas.
Le gustaba jugar con la bola blanca que tenía el puntito negro. Era el único que se atrevía a realizar carambolas a tres bandas. Los demás, principiantes que crearíamos ser maestros consumados, jugábamos la versión libre.
De vez en cuando, accedía a jugar con alguno y siempre exigía que comenzáramos nosotros. El prefacio era siempre el mismo: "si no estás seguro de hacer la carambola, asegúrate de no quedarte".
Evidentemente, nosotros, arrogantes y soberbios, nunca teníamos en cuenta sus consejos y solo jugábamos una vez, el resto era mirar cómo se hacían 15 carambolas seguidas y recibir una palmadita en el hombro con la frase: "no te desanimes, la próxima vez lo harás mejor".
La política española en estos momentos, es billar francés a tres bandas. Para completar la carambola de un gobierno del PSOE, la bola tiene que tocar obligatoriamente la banda del PP, la banda vasca y la catalana, sino la carambola no saldrá.
Además de esto, no podemos quedarnos. Si nos quedamos y obligamos al electorado a votar de nuevo, las secuelas pueden ser catastróficas, por ejemplo:
1º.-Con los mismos resultados,  la coalición Podemos - Unidad Popular sumaría un millón de votos más y la asignación de diputados no sería la misma.
2º.-El candidato del PP no será Mariano Rajoy. La renovación de estructuras y caras en el centro derecha, los posicionará de forma diferente.
3º.-Con un crecimiento del PP, Ciudadanos estará acorralado para pactar.
4º.-Con un crecimiento significativo de Podemos, tendrán el botón de arranque de la izquierda en este país, arrinconando al PSOE a las funciones de gavillero.
El próximo gobierno tiene que tener suficientes complicidades y votos para cambiar la ley electoral, solucionar el problema territorial, consolidar la recuperación y amortiguar los recortes. Si esto no sucede, no saldrá la carambola y nos quedaremos en diferido, aunque ahora se produzca la investidura de Pedro Sánchez.
El momento más peligroso ya paso. Mariano Rajoy declinò ser candidato a la investidura. Imaginar si hubiera aceptado y pone sobre la mesa un borrador de todas estas reforma y además estas son centradas y asumibles por la mayoría del electorado.
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